viernes, 24 de abril de 2015

Adiós, Grondona White, Adiós

Sobre la muerte del Maestro Grondona White:

La "risa física" -(C) "Igor" García Isler-, o "risa con ruido", la risa espontánea, verdadera y excesiva, producida por la lectura privada sea en papel o pantalla, no es un animal tan frecuente o avistable, siendo más común su pariente pobre la evaluación intelectual de algo como "ingenioso" o tal vez una leve sonrisa, en el mejor de los casos seguida de un soplido o ruido sordo con la nariz. Digamos que la risa física sería una gacela y la sonrisa una rata. Ambas especies merecen vivir, pero una es más rara y majestuosa y la otra, bueno, es una rata. Fíjense lo valiosa que es la risa con ruido que muchos comentaristas de internet suelen escribir, como elogio excesivo, "me reí con ruido" o "risa física". (Otro tema es si realmente lo escrito es cierto o escriben "me reí con ruido" como escriben "jajaja", es decir, acompañados en la realidad real por una lúgubre expresión de hastío infinito. pero no nos metamos allí. Es demasiado espantoso para abundar en ello).

La cosa es que como testimonio personal debo decir que pocos dibujantes han logrado producirme este sonoro efecto (y por eso es que un les agradece tanto): Landrú (con lágrimas y dolor de párpados), Peter Bagge, de vez en cuando Crumb, creo recordar algunos episodios en mi infancia que involucraban a Quino y Caloi. Es un poco descorazonador ver que no son tantos, y es tranquilizador ver que no tienen tanto en común (porque a uno que pretende dedicarse a esto le da tranquilidad ver que las reglas no están tan claras).

Todo para decir que otro de estos monstruos es el fenecido Grondona White; Ignoro por qué es gracioso. Solamente sé que lo es. No diré nada de "las minas" de GW, que parecen ser un tópico muy pregnante entre mis coterráneos, porque estaban muy bien pero no hay que ser un genio para dibujar minas que estén buenas, alcanza mayormente con ponerles tetas y culos grandes.

Y en cambio, para producir esta risa franca e inesperada hay que conocer algo vedado a la mayoría de los mortales, hay que saber el idioma de los ángeles y ser acariciado por criaturas invisibles. Grondona White ha sido uno de estos privilegiados.

Una de las notas que recuerdo con más eventos de "risa física" del maestro:







(De "Grondona White", Ediciones de la Urraca, 1982)

lunes, 20 de abril de 2015

La Hormiguita Viajera en: "La Máquina del Tiempo" (Parte 1)

Magnífico álbum del año 1975 con guion de Víctor Sueyro años antes de su transmogrificación en muerto viviente (y de una ñoñez que podríamos calificar de devastadora) y dibujos de Oscar Fernández y Daniel Branca (conocidos como la entidad indivisible "Fernández-Branca", algo así como el "Hannah-Barbera" argentino, y el mejor ejemplo de cómo un excelente dibujo puede mejorar un guion de ñoñez devastadora). Va por partes, siendo esta la primera:







































¡Esta historia contnuará!

(Editorial Atlántida, 1975)

POLÉMICA: Narices & Humorismo



"Los recursos humorísticos probados son: sufrimiento, arrepentimiento, compulsión, humillación, traición, decadencia, muerte. Y grandes narices." (Mark Newgarden, "We all die alone")



"En aquellos años, y en muchos años recientes, el dibujo era dibujo de humor cuando los seres o seudoseres dibujados poseían unas narices descomunales, que los redactores de La Codorniz siempre coloreaban con un rosa tirando a rosa prepucial, ellos sabrán por qué ocultos conflictos edípicos o seudo-edípicos de su infancia, y me atrevo a añadir que de su adolescencia y de su juventud.

"Yo también sucumbí a la tentación estética de dibujar narices descomunales y practiqué esa degeneración estética emborrachando cuartillas con la presencia de cientos, de miles de narices, entre nabo y remolacha, y así estuve expresando mi vocación artística hasta que un día me pregunté:

"'¿Y por qué las narices de nuestros dibujos tienen que ser fálicas para producir la felicidad que producen a los lectores de las revistas de humor? ¿Qué subterráneas perfidias unen a los colaoradores y a los lectores de las revistas de humor que aman con ese frenesí las narices prepotentes?'

"Y descubrí, salvo descubrimientos más sabios y profundos que los míos, que la culpa de lo de las narices fálicas era de la maldita guerra civil, dicho sea sin excesivas malas intenciones.

"Nosotros, los de laas generaciones de humoristas de la posguerra civil, habíamos nacido huérfanos de padres estéticos y espirituales. Lo que parecía una moda era sencillamente una carencia, una triste calamidad. Dibujabamos narices fálicas porque no sabíamos dibujar narices como las dibujaba Leonardo da Vinci, aunque, como ustedes no deben ignorar, Leonardo también dibujó en algunas de sus caricaturas narices granujientas de ancianos toscanos, pero, debemos añadir, las narices que dibujaba Leonardo eran apuntes del natural y las nuestras eran narices dibujadas a ojo, mecánicamente.

"Nuestra generación era una generación hija de madre soltera, éramos huérfanos de padres estéticos. Cuando advertí esa aberración, volví al pasado, fuente y manantial de tantas sabidurías desdeñadas por nuestra impaciencia o por nuestra incapacidad de dibujar las cosas como son." (Chumy Chúmez, "Del silencio al grito")

Es interesante observar que ambas reflexiones reflejan (perdón por la cacofonía) la personalidad artística e ideología de cada uno: Newgarden es norteamericano, posmoderno, hermético, irónico, su discurso es despiadado y cínico. Chúmez es español, de izquierda, político, directo, su discurso es afable y piadoso. Ambos, además, tienen una porción de la verdad: las narices grandes son graciosas SIEMPRE, pero no siempre el humor necesita de las narices grandes. Me atrevería a decir además que ninguno de los dos tiene en realidad por principal objetivo el hacer reír, sino reflexionar, uno sobre el lenguaje y la tragedia humana, el otro sobre política y, por supuesto, también la tragedia humana. ¡No se peleen, chicos!

jueves, 16 de abril de 2015

LA CURIOSITÉ: El argumento de venta de la historieta Iznogud en 1974



Recuerdo la publicación de Iznogud en Siete Díaz allá por los locos, locos, locos años 70 (de hecho creo haberlo descubierto por primer vez entre las revistas de una peluquería sobre la calle Coronel Díaz, mientras esperaba el fatídico momento del corte de pelo, una verdadera tortura para el infante que yo era). No me puedo imaginar sin embargo qué le picó al que armó la tapa al anunciarlo así (no estoy muy seguro de si "subversivo" tenía la misma connotación en ese momento que la que tuvo poco tiempo después). Pero convengamos en que más que un subversivo Iznogud estaba más cerca de ser un López Rega.