jueves, 17 de noviembre de 2016

EMBÍDIENME: Pablo Lobato, Illustration



La otra vez me encontré con el camarada Pablo Lobato y, como suele ocurrir cuando dos PERSONAS CON LIBRO se encuentran, intercambiamos libros y nos dijimos lo grosos que somos y qué virilidad irresistible y sexualmente ambigua exudábamos incluso a nuestro pesar; Lobato pasó a continuación hacerme una dedicatoria-retrato, pero como consideración especial, sin uso de regla ni transportador, así que puedo considerarme en el mismo podio que Prince, el Che y Donald Trump.

El libro de Lobato (en realidad, un catálogo de la muestra que hizo en Italia) es al mismo tiempo desalentador (porque te deja sin aliento) y alentador (porque te explica que aún se pueden hacer cosas bellas en el mundo). El prólogo explica algo así como que no son caricaturas, sino algo más, retratos que capturan el alma de sus víctimas: Como todo lo que dicen los prólogos, es mentira: son todo eso que dice el prólogo, pero ADEMÁS son caricaturas.

Cada color, cada línea asesina, cada polígono superpuesto al otro te revela una nueva capa de personalidad, de vida vivida por el retratado; y si te quedás el suficiente tiempo mirando el dibujo (cinco minutos promedio, como lo he hecho yo) empezás a escuchar ora la ronquera alcohólica, ora el trino melodioso saliéndole de la boca, según quién toque. Pasar las páginas del libro (porque no es libro de leer, es de pasar páginas) te deja la sensación de una fiesta, de una fiesta agradable, con una borrachera leve, una brisa suave y estímulos en la mente certeros e iluminadores.

Lobato es un genio.

(Pablo Lobato Illustration, Associazione Illustri, 2015)

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